Como explicaba el profesor Toru Kumon, fundador del Método, la capacidad del niño está en permanente transformación. Por lo tanto es importante ofrecer un estudio que sea adecuado a cada momento de su desarrollo. Por esto, él decía: “El “así está bien” no existe, siempre hay “algo mejor””.    

La misión de Kumon es investigar y buscar la forma más apropiada de apoyar al alumno en su crecimiento. Por este motivo, para ayudarlo a progresar, el método Kumon es perfeccionado constantemente. Las actualizaciones están hechas con base en lo que aprendemos del alumno. Al comprender su necesidad, realizamos reformulaciones en los materiales didácticos. 

En la unidad el niño recibe un plan de estudio individualizado. El orientador, además de acompañar el desempeño en las actividades, escucha sus dudas y los puntos que desea mejorar. De esta forma, evolucionamos con el alumno mientras trabajamos para ofrecerle una metodología de estudio ideal. 

En Kumon, los alumnos con y sin dificultades potencializan sus competencias tranquilamente. Son estimulados al autodidactismo, a fin de desarrollar las habilidades académicas en su propio ritmo. También adquieren confianza e independencia, sintiéndose capaces de solucionar diferentes tareas solos. De esta forma, alcanzan los contenidos de su grado escolar y les gusta aprender. 

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